martes, 3 de mayo de 2022

LEY CUIDAR EN IGULADAD - Hacia un reconocimiento de los trabajos de cuidado

 Comedores Comunitarios

El Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de ley Cuidar en Igualdad. La iniciativa, que fue largamente militada por feministas y sindicatos, amplía políticas públicas, reforma las licencias para redistribuir los cuidados entre géneros e incluye a monotributistas y trabajadoras de casas particulares.

 Luego de un trabajo de dos años del que participaron sindicalistas, feministas y organizaciones de todo el país, el proyecto de ley “Cuidar en Igualdad” ya tiene la firma del presidente Alberto Fernández y fue enviado al Congreso. De aprobarse, la iniciativa le da marco legal y reconocimiento a los trabajos de cuidado.

“Este proyecto de ley largamente esperado y militado por nosotras y nosotres, sin duda toma la lucha que venimos llevando adelante las mujeres sindicalistas y la lucha del movimiento feminista. Confluye gran parte de lo que venimos planteando como reclamo central para avanzar en la equidad de género y en derechos hacia las mujeres y diversidades que es poner el foco en la política de cuidado”, sostuvo ayer en Casa Rosada Silvia León, secretaria de Géneros y Diversidades de la CTA Autónoma, que acompañó el proyecto.

El texto fue elaborado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación junto al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y establece la creación de un Sistema Integral de Cuidados de Argentina con perspectiva de género (SINCA) y la modificación del régimen de licencias en los sectores público y privado, ampliando los derechos de las personas gestantes, no gestantes y adoptantes que se desempeñen en relación de dependencia o sean monotributistas, monotributistas sociales o autónomos y autónomas.

En otras palabras, el proyecto reconoce al cuidado como una necesidad, un trabajo y un derecho y reforma las licencias para redistribuir los cuidados entre géneros, lo que cubriría a 8 millones de trabajadores y trabajadoras.

 

En detalle

Desde el Ejecutivo detallan que se denomina “trabajo de cuidado” a todas las actividades que cada persona realiza a diario para asegurar su propia subsistencia y la de los demás, como, por ejemplo: cocinar, limpiar, ordenar, hacer las compras o estar al cuidado de niños, niñas, personas mayores o personas con discapacidad que requieran apoyos de algún tipo.

La iniciativa propone proteger a todas las personas que cuidan, sea de forma remunerada o no, y también a todas las que necesitan cuidados: niñas, niños y adolescentes, con prioridad hasta la edad de 5 años inclusive; personas de 60 años o más, cuando lo requieran; y personas con discapacidad.

En la práctica, prevé una asignación por maternidad, paternidad y adopción para monotributistas, monotributistas sociales y autónomos, quienes cobrarán un salario mínimo por cada mes en el que estén cuidando. También están alcanzadas las trabajadoras de casas particulares, los trabajadores agrarios, y el sector público nacional.

En cuanto a las licencias, se proyecta una extensión de la licencia para varones y personas no gestantes de 2 a 90 días en ocho años, y para gestantes de 90 a 126 días. Para adoptantes se crea una licencia de 90 días que hasta aquí no existía. Además, se incluye e iguala a los y las trabajadoras monotributistas, monotributitas sociales y autónomas. También se establece una licencia por violencia doméstica, en consonancia con las obligaciones asumidas por el país al ratificar el Convenio 190 de Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre violencia y acoso.

En la actualidad, Argentina se encuentra por debajo de las recomendaciones de la OIT en este campo. De aprobarse el proyecto, nuestro país pasaría a estar a la vanguardia de los regímenes existentes en la región.

Desde el punto de vista estructural, el SINCA recibirá un presupuesto mínimo del 8,5% anual de lo destinado a obras públicas cada año para construir una infraestructura de cuidados.

Asimismo, Cuidar en Igualdad hace visible el valor social y económico de los cuidados y los reconoce como un trabajo, ya sea que se desarrollen al interior de los hogares, en el ámbito comunitario, público o privado. Esto significa un salto cualitativo si se tiene en cuenta que, en la actualidad, gran parte del trabajo de cuidados se realiza de forma invisibilizada y no remunerada. Además, contribuye a superar la división sexual del trabajo, que relega a las mujeres y personas del colectivo LGBTI+ a actividades mal pagas o precarizadas. En esa línea, crea un registro de trabajadores y trabajadoras del cuidado y promueve su capacitación.

 

La vida en el centro

El cálculo que arriesga Lucía Cirmi, subsecretaria de Políticas de Igualdad en el Ministerio comandado por Elizabeth Gómez Alcorta, es que las nuevas licencias alcanzarán 8 millones de personas (6 millones que verán extendidas sus licencias y 2 millones van a tener licencia por primera vez). Y destaca que el proyecto “reconoce la diversidad de las familias, los hogares monomarentales, las familias adoptantes, incluso los derechos de los trabajadores y trabajadoras cooperativistas. Es el resultado de las demandas del movimiento sindical y el movimiento feminista”.

Por su parte, Gómez Alcorta declaró: “Estamos poniendo la sostenibilidad de la vida en el centro, con un Estado que se hace cargo e invierte en la construcción de igualdad, porque sabemos que la única manera de apostar a un desarrollo sostenible es garantizando oportunidades para todes y promoviendo más justicia social”.

 

Los números

En Argentina, según el módulo de uso del tiempo de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU), las mujeres pasan 5,7 horas por día haciendo trabajo de cuidado no remunerado mientras que los varones dedican en promedio sólo 2 horas diarias.

En la pandemia, de acuerdo con el Estudio sobre el impacto del COVID-19 en los hogares del Gran Buenos Aires, la carga de cuidado aumentó y fue absorbida sobre todo por las mujeres (65% de los casos).

Fuente: INDEC.  

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